Pasaron muchas primaveras y varios inviernos llegaron a Ëa
y con ellos, Niäna y Niürnir se hicieron fuertes y hermosos
Niäna desarrollo dones en la caza y la danza
además aprendió de los Erësditas la ciencia y los procesos de la naturaleza
ella era de noble carácter y de sincero corazón
y se deleitaba en las aves y en los árboles
porque ellos le decían secretos.
Niäna tenia la marca de las estrellas en una mano
y era hermosa de rostro y de elegante presencia
amaba cantar en los lagos de Erësdar
y se deleitaba en las noches sin Luna
y las Lilin la visitaban periódicamente en el crepúsculo del día
o en la noche fría, para instruirla en nuevas enseñanzas
Pero Niürnir su mellizo, quien era ágil de pensamiento
el cual mantenía la marca de la Luna en su brazo
aprendía cada día mas de la música de Erësdar
y amaba Niürnir a los risueñores y al viento en los campos
más era de apresurado actuar, recibía de la Luna su fortaleza
e Ilión lo visitaba en sueños y muy raras veces se aparecía ante él
porque Ilión, quien es la Luna lo amaba demasiado, y en el tenía un discipulo
pero su naturaleza celestial la mantenía alejada mucho tiempo de él
porque no podía descender como mortal, a excepción de los largos inviernos
Y Niürnir era alto y bello de rostro
y su varonilidad lo hacia destacar en todo Erësdar
porque no había otro en el reino que igualara su hermosura
ni su fortaleza y atletismo, y era un gran artista en todo lo que hacía
Niürnir amaba sobre todas las cosas los ríos de Ëresdar y las noches con lluvia
y gustaba de cantar en las noches de Luna llena
Y sucedió que un día Niäna salio de los palacios de Erësdar
a cabalgar en los bosques cercanos
porque los arboles la llamaban y ella acudía a ellos
y entre aquellos bosques conoció a una dama de vestidos grises
a la que llaman Ritnä, la bruja del Silencio
y Niäna se acerco a ella y la saludo
pero Ritnä era de escasas palabras y directa en lo que comenta
Ritnä le ofreció a la princesa estrella un anillo de plata
el cual era bello y brillante como la luz de la noche
y Niäna acepto aquel regalo, más Ritnä le condiciono tal obsequio
con una canción, que resonó en todo el bosque de nieblas:
Recuerda estas palabras, porque son tu destino
tras la montaña mas alta, él vendrá sin aviso
no conoce tu rostro, ni el sabor de tu vino
él es un alma que busca en ti su camino
Viste de ropas rojas como el fuego
y dicen lo sabios que es tan viejo como el aire
sus ojos penetran tu alma y tus ruegos
y alcanzan tu piel y tu ser
Su nombre no te lo digo
porque eso tu debes averiguar
más de él solo te digo
que te cuides por sobre todo de amar
Porque si tu alma se enlaza
en sus bellas palabras
tu misma te encierras
en un mundo de brazas.
Cuando Ritnä termino su canto, una nube densa y fría la rodeo
y con el anillo en manos, Niäna marcho hacia Erësdar.
Pasaron muchas noches y los días fueron consumiendo el tiempo
más Niäna vigilaba constantemente las montañas de Darat-Elön
de donde vienen los vientos del norte, y donde la nieve cae siempre
más nada descendía de ellos y Niäna dudo de aquella promesa
. . .
Sucedió entonces que una tarde, Niürnir estaba cantando a la Luna
en los ríos que circuncidan a Erësar, cuando en lejanía vio una braza en la nieve
y se alarmo de aquel hallazgo y corrió hacia allí
y cuando estuvo a escasos pasos de aquel lugar,
desenvaino su espada y se dispuso a luchar
pero pronto tuvo en cuenta de la naturaleza del intruso
pues aquel extraño era uno de los suyos
y sus ropas se pintaban de escarlata y manchaban la nieve con ella
Fue entonces que el príncipe entendió que aquel hombre estaba herido
y lo llevo a sus aposentos y allí el extraño recibió atención
Aquella noticia se supo en el palacio y llego a oídos de las doncellas de Niäna
quienes contaron a detalle lo sucedido y la apariencia de aquel hombre
porque dijeron: - Es hermoso de rostro, de piel pálida
y de cabellos negros como el cuervo. Vestía de ropas escarlata
y cuentan las señoras que asemejan al fuego.
Y después de escuchar esto, un recuerdo olvidado por el tiempo
y la inconstancia regreso a Niäna, porque tenía en la mano
el anillo de plata, que brilla como las estrellas
y llegaron a su mente las palabras de Ritnä
quien le dijo que a ella alguien llegaría algún día
Fue entonces que Niäna corrio hacia el lugar donde estaba aquel hombre
y su hermano vigilaba celosamente la entrada a ese lugar
porque desconfiaba del extraño y no quería dejarlo solo
y cuando Niäna llego hacia él, Niürnir la interrogo
y ella contó lo sucedido en el bosque de niebla aquel día
más él, no la dejó pasar.
. . .
Luego de pasados dos días, aquel forastero despertó de su sueño
más Niürnir salió a atender asuntos del reino antes de su despertar
y no pudo interrogarle el porque de su presencia en Erësdar
pero Niäna, quien vigilaba atenta la oportunidad de hablar con el extraño
aprovecho la ausencia de su hermano y entro a la habitación
Cuando ella abrió la puerta, aquel forastero se exalto y sintió temor
porque no sabía donde estaba ni quien era Niäna
más ella le hablo con voz suave y le pregunto su procedencia
y él contesto que venía de un lugar en los confines de Ëa
más no sabía cual era aquel lugar
Y Niäna admiro la belleza de aquel hombre y sintió deseo de él
porque como sus doncellas habían dicho era hermoso
y su melena negra azabache resaltaba sus ojos azules
y sintió Näna una llama en su corazón
Y aquel hombre era Medelïn, el forastero del mar
porque los confines de Ëa eran agua del oceano
donde pocos han estado, ya que son inestables y traicioneras
y la noche era amiga de Medelïn y la oscuridad sus aliada
y la luz su alegría, y vio en Niäna un resplandor único
más un fuego quemaba por dentro a Medelïn
Y se enamoró de Niäna esa misma mañana.